martes, 17 de agosto de 2010

Cuánto estrés: Santorini

Estos días de tanto calor y sol (puagggggg) recuerdo las vacaciones de hace dos años en Grecia y los buenos momentos que me traje. Voy a tratar de transmitir algunos de Santorini.

Es una isla pequeñaja en medio del Egeo, info aquí, una gozada. De ahí son la mayoría de fotos que se utilizan en las guías (la cúpula azul de una iglesia y casa blancas). Tiene un par de ciudades (Fira y Oia), blancas por todas partes y en agosto, llenas de turistas, (yo juraría que vi a alguien que me sonaba de Castellón).


Vista de Oia que se quedó en mi cámara.

Me encantaría volver porque a pesar del barullo de gente, es un lugar donde la calma va de serie, en la gente, en el viento, en el ruido de las olas, ya me entendéis. Hay campings y hoteles por toda la isla, puedes elegir alojarte en plan super lux (en unos hoteles/cuevas), en hoteleles normalitos o en plan mochilero, la isla tiene un punto hippie. Yo me quedé en el Villa Roussa de Fira, muy mono.

Un momento muy bueno fue cuando mis acompañantes y yo tomamos un taxi para visitar Oia, el patriarca taxista (llamémosle Milos) viendo que nos podíamos ir en bus llegó con un Mercedes inmenso y algo viejo, nos colocó a cuatro personas en la parte de atrás mientras él, charlaba con un campista griego, supongo que arreglaban el mundo por cómo gesticulaban. El trayecto Fira-Oia era rápido y en línea recta pero el campista iba al lado opuesto de Oia, de modo que Milos nos hizo un tour por la zona Norte, por la cara. Si no recuerdo mal el precio estaba pactado.

La ciudad de Oia es muy muy muy bonita, blanca por todas partes y está llena de rincones. Por alguna razón tienes la sensación que estás invadiendo momentos muy especiales de personas que pasaron por ahí antes que tú. Ahora mismo paseando debe haber alguien mirando desde el mismo lugar en que que estaba yo, oliendo el mar y oyendo los árboles. ¿Captarán mi presencia?

Hay un molino muy conocido donde se reúnen todos los turistas a ver cómo se pone el sol, ohhh, yo también fui. Interesante ver cómo todos los desconocidos llegan en plan ritual, sin normas y se dedican a contemplar el infinito. Molón pero no de lo last, probablemente demasiada gente. Salir de ahí es una odisea, avalancha humana a velocidad abuelito.

Un día alquilamos un quad en el rentacar con los dueños más desagradables de Grecia. Os aconsejo uno potente, la isla es todo cuesta. Momento 10. Libertad; carretera; paisaje; viento; jajaja yo puedo pasar y tú no; vistas aquí y allí ¡¡qué no doy abasto!!; el sol pica (uy, esto no es bueno); montaña arriba montaña abajo; una playa con arena negra otra con arena roja ¿dije arena?, piedreciLias negras, piedrecilias rojas; un cocacolito aquí, un cocktail allá; ¡¡qué se nos acaba la isla!!; comida en el restaurante de Azula l final de la isla ¡ah! prueba el yogurt griego; oh vaya, un pulpo al sol...


Vista desde el Diverso Café (Fira)

Otro momento 10: tomarse un café frappé mientras anochece mirando la caldera del volcán. Ahhhh, qué pasada. Mientras viaje y pueda recordarlo así, no me importa pasar agosto en casa.

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