martes, 3 de agosto de 2010

Sancta sanctorum y la puerta fría

Para quien lo no sepa, en concepto "a puerta fría" se aplica a los vendedores que van casa por casa, negocio por negocio, a abrir cartera.
Para quien lo lo sepa, Sancta Sanctorum es el lugar más sagrado de un templo.
Para quien no lo sepa, trabajo en casa y soy una especie de humano altamente insociable, compro por internet, prefiero el email al teléfono y últimamente estoy desarrollando una aversión patológica a las cajeras de Mercadona, pero eso, para otro post. Vamos, que mi puerta está helada.

La última semana me han avasallado los vendedores, variedad infinita, se reproducen por esporas. Parece que se han chivado unos a otros que por ahí vive una irritable, seguro que han hecho porra y todo.

No os podéis imaginar lo que supone para alguien que está en su Sancta Sanctorum (mi casa) estas invasiones a lo más profundo del templo.
Estoy empezando a aborrecer ese entusiasmo con el que te hablan cuando tú les estás poniendo cara de muerta. ¿ A qué viene tanta felicidad? La inner Carmen se parte de risa cuando argumentan que todos los vecinos del bloque lo han cogido "jujuju, ¡¡¡si soy la única que está aquí ahora, la única que te ha abierto la puerta!!!"

El problema es que les abro siempre. Me han sugerido diversas formas de no atenderlos, desde cerrar la puerta sin más a hacerte la que no hablas su idioma, pero es que no soy capaz de mentirles en la cara.

El otro día me vi obligada a utilizar ante una vendedora la técnica Nº8 del insociable y que no había usado en la vida. Ella dio dos pasitos hacia adentro sin que la invitara a pasar, entonces hice el jutsu consistente en poner una mano en la jamba y la otra en la puerta, bloqueando con el cuerpo el hueco de entrada. Se remata inclinando ligeramente el cuerpo hacia la calle intimidando al invasor.

Adieu, bye bye, au revoir.

1 comentario:

  1. Apreciada Carmen, no hay que olvidar la técnica de "esque mi marido trabaja en telefonica, wintentur, facsa etc..."

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